La reciente inauguración del Parque de la Juventud en el barrio Meridiano 70 de Arauca fue celebrada con gran entusiasmo, pero la realidad actual es desalentadora. Las áreas verdes, que debieron ser un refugio para la comunidad, se encuentran en un estado alarmante debido al abandono y la falta de mantenimiento.
A pesar de que muchos ciudadanos han disfrutado de estos espacios, nadie se ha hecho cargo de cuidar la parte ornamental del parque. Las plantas, vitales para el embellecimiento y la salud ambiental del área, están sucumbiendo ante la sequía provocada por el intenso verano y la falta de riego adecuado. Esta situación no es aislada; otros parques de la ciudad también enfrentan el mismo destino triste.
La falta de políticas claras y responsables por parte de las entidades gubernamentales, administraciones locales y organismos de socorro que han recibido la responsabilidad de gestionar y mantener estos espacios públicos es evidente. Las plantas mueren de sed mientras se espera una actuación urgente de las autoridades competentes.
Es imperativo que la Alcaldía de Arauca, Comporinoquia y los Bomberos tomen acción inmediata para revertir esta situación y garantizar el cuidado de las plantas y la preservación de los parques, que son esenciales para el bienestar de la comunidad. La acción colectiva y el compromiso son cruciales para asegurar que estos espacios sigan siendo un lugar de encuentro y disfrute para todos los araucanos.